Su voto cuenta, por favor úselo
- María Pérez - Page
- 27 may 2018
- 3 Min. de lectura
En Colombia año tras año nos decepcionamos de nosotros mismos en lo que se refiere a acudir a las urnas ¿Se va a decepcionar también hoy?

Querida persona que me está leyendo en este momento, no estoy muy segura de dónde, pero le cuento que yo soy colombiana; nací y he pasado toda mi vida en este hermoso país al norte de Sudamérica, el país de los dos océanos, lleno de cultura y sabor, de diversidad y de pasión; pero lamento decirle, lleno de abstinencia electoral y pereza.
Es complicado hablar de democracia o pensar que los gobiernos elegidos están en el poder “democráticamente” cuando el sistema de participación política fundamental que se utiliza es ignorado por la mayoría de los ciudadanos, dígame, ¿usted se sentiría cómodo sabiendo que la persona que es responsable de la calidad de su cotidianidad es un desconocido que quien sabe cómo llegó al poder? ¿siquiera sabe usted quienes competían por la presidencia de su país o por la alcaldía de su ciudad? Puede pensar que no es importante, que no le gusta involucrarse en política, que “pa’ que va a votar si siempre quedan los mismos” pero mi querida/o lectora/o, debo decirle que su voto es más que fundamental para el futuro de su país y de su ciudad, que la democracia puede parecer injusta, pero nunca va a funcionar si no intenta ejercerla.
Veamos algunos ejemplos; según cifras obtenidas durante las últimas elecciones legislativas (11 de marzo de 2018), si bien el abstencionismo se redujo respecto al 2014 (que fue de 58,81%), fue de un 51,18%, cifra que derrotó a todos los partidos políticos que participaron en la contienda. (El Espectador, 2018). Observemos un poco más atrás, el 2 de octubre de 2016 Colombia presencio una de las más decepcionantes jornadas electorales de su historia; la población inscrita para votar en el plebiscito por la paz eran 34,899,945 personas, de las cuales votaron solamente 13,066,047 (Wikipedia, 2018), esto se ve representado así:

El 37.43% del país decidió por el futuro de 48 millones de colombianos, es más doloroso aún ver los detalles, ver la estrecha diferencia entre el Sí y el No y dónde ganó cada uno, pero no entraremos a ellos en este momento. El punto aquí es, apreciado lector/a que Colombia no es el mejor ejemplo si se quiere hablar de democracia y justicia electoral, pues nos falta muchísimo para llegar a cifras decentes que nos hagan sentir una representación, que nos hagan sentir una mayoría política que no abandona el futuro a la suerte.
¿Piensa que su voto no es importante? Usted está desechando su oportunidad de participación y de representación, está desvalorizando su opinión y su criterio, y se está quedando sin derecho a reclamar por los estragos que puedan causar estas decisiones tomadas por menos de la mitad de la gente. ¿No se siente convencido de ningún candidato? ¡el voto en blanco existe por una razón! Y es una forma de protesta electoral mucho más efectiva y democrática que simplemente no ir a votar; si bien es improbable que el voto en blanco gane, es una manera participativa y representativa de mostrar el descontento ante las maquinarias tradicionales de política en el país. ¿Le da pereza salir un domingo? ¡qué excusa más colombiana! Por favor tómese esto enserio, tener la facultad, la edad y la capacidad mental para votar implican tener la madurez y cabeza para convencerse de que el voto de uno importa, y de que llueva, truene, o relampaguee, YO, voy a ejercer mi DERECHO CONSTITUCIONAL a participar en la política de mi país.
Hay muchas excusas para no votar, pero eso lo hace quedarse sin excusas para reclamar por un mejor futuro. Piénselo, todavía quedan unas horitas, despéguese de las cobijas, desempolve la cédula y diríjase con toda la convicción del mundo a votar; vote por quien quiera, pero por favor, no desperdicie su oportunidad de hacer un cambio.
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